
Fin de semana de trail running completa; el sábado TrailKids con Gael y domingo Trail Sant Esteve 27 km.
La carrera infantil fue una maravilla, perfecta organización por edades y un recorrido fantástico, como una carrera larga pero condensando en un kilómetro. Tenía todos los ingredientes recogida de dorsal, línea de salida, primeros metros por el pueblo, una bajada, un tramo llano, cruzar el río, una subida y llegada entrando al pueblo. Medalla la llegar y bolsa de regalo. Y todo esto cogiendo la manita de mi pequeño campeón. Cuando hice la inscripción para Gael (6 €) pensé que ya podía ser gratis para los que corríamos la carrera del domingo, pero al acabar la carrera veo que ha valido la pena, cuantas veces me he gastado mucho más en las ferias.
Podría llenar hojas con las sensaciones que tuve en cada frase de Gael; antes de la salida, durante la carrera y al acabarla pero no quiero ser “babosillo”.
El domingo llega la hora de la carrera del padre, para variar me despierto bastante antes de tiempo cosa que me da tiempo para comerme el coco todo lo posible.
Me han hablado muy bien de esta carrera pero todo el mundo coincide en el clásico adjetivo “durilla”. Cuando oyes este eufemismo ya sabes que la que te viene encima no va a ser un paseo por el monte ni mucho menos.
Por otra parte en mi mente hay un objetivo para este año; un ultra nada más ni nada menos, así que el adjetivo “durilla” no me debe asustar.
Por la distancia 27 km y el desnivel positivo acumulado 1.600 m calculo que podré hacerla en unas cuatro horas basándome en la experiencia de la Burriac Xtrem que hice el año pasado en 3 horas 41 minutos, más tiempo sí pero con una lesión de espalda que me duro casi dos meses y no quiero que eso vuelva a pasar.
Haciendo un análisis del perfil esta clarísima la estrategia a seguir, reservar hasta la mitad de la carrera y la segunda mitad fuerte pero dejando reservas para la última rampa del kilómetro 23 que va a ser un suplicio seguro.
Llego al pueblo media hora antes y me encuentro con Oscar (ya lo vi ayer a acompañando a sus hijos a la kids) y a Javier del Club.
Salimos los tres juntos pero sin ningún compromiso (me encantan estos pactos) si coinciden ritmos bien y si no cada uno a lo suyo.
Salimos de bastante atrás, no tiene ninguna importancia porque con lo que viene la carrera pondrá a cada uno en su sitio pero es cierto que los atascos al principio dan un poco de rabia.
Los primeros quilómetros los comparto con Oscar, vamos charlando y a un ritmo cómodo. Me sorprende que vayamos avanzando a bastante gente ¿Quizás me estoy pasando? La verdad es que voy a un ritmo cómodo y no me lo parece. El primer avituallamiento líquido nos lo saltamos ya que los llevamos mochila con sistema de hidratación.
Sobre el quilómetro 7 llega el momento de la separación con Óscar, en una subida se han metido tres o cuatro corredores entre nosotros, miro hacia delante y veo que él está aflojando para esperarme, hago un esfuerzo para unirme a él pero ya veo que lleva otro ritmo así que le digo que tire y haga su carrera.
Me doy cuenta de que he forzado un poco en estos kilómetros y no quiero “petar” así que bajo el ritmo a trote cochinero, me como unas gominolas energéticas GU (bastante buenas), bebo y reemprendo la marcha. A los pocos metros llega la parte con más desnivel de la carrera casi 6 kilómetros de ascenso continuado con 800 metros de desnivel positivo.
Pienso para mis adentros que he hecho muy bien en aflojar, comer y beber antes de este tramo y empiezo a subir con toda la calma del mundo. Oigo comentarios de otros corredores que hablan de unos 50 minutos de ascenso caminando rápido así que habrá que tomarlo con calma.
El ascenso es realmente duro, además del desnivel hay barro, piedras y bastantes puntos en los que te has de ayudar de las manos (esto debe ser a lo que se refiere la gente cuando dice “durilla”). Al cabo de dos kilómetros viene un descansillo que va de fabula para estirar las piernas y vuelta a subir. Un par de kilómetros bastante duros con la recompensa de un avituallamiento sólido. Bebo isotónicos, como fruta y chuche y vacío la vejiga disfrutando de unas vistas espectaculares. He perdido bastante tiempo con esta parada pero he disfrutado mucho con las vistas y charlando con los voluntarios del avituallamiento ( y con la meadita también).
En este avituallamiento me encuentro con Javier y comentamos sensaciones, salimos del avituallamiento juntos y lo sigo durante un tramo de bajada, cuando encuentro un hueco lo adelanto y bajo a mi ritmo pero sin lanzarme ya que aún quedan un quilometrillo de subida para llegar al punto más alto de la carrera que está a 1.083 metros.
Esta parte del ascenso es más abierto, va por la cresta de la montaña, a diferencia de la anterior que iba por bosque cerrado. Hay menos desnivel y las vistas son espectaculares.
Una vez hecho el punto más alto empiezo a bajar sin descansar, pillo la bajada con muchas ganas y me hago unos cinco quilómetros corriendo bastante rápido y avanzando a mucha gente. Los quilómetros pasan volando y ya estoy en el avituallamiento del quilómetro 16. Aquí vuelvo a hacer una parada larga; me saco las piedras de dentro de las bambas, bebo isotónico, como fruta y me tomo un gel. Cuando estoy arrancando veo que llega Javier al avituallamiento y le doy ánimos.
Ahora viene una parte de descenso muy técnico con bajadas de las que te has de ir pillando a los árboles y en ocasiones ir casi sentado y utilizar las manos. El inconveniente es que en estos tramos hay bastantes tapones de gente. Por suerte todos muy civilizados que esperan por turno de llegada al tapón para poder bajar. Los tramos menos técnicos son estrechos y tampoco se puede adelantar (sin molestar ni jugarte la vida) así que este tramo no lo disfruto todo lo que esperaba.
Después de un tramo en que se atraviesa una urbanización y se va alternando llano con ligero descenso llega la última subida. En este caso más corta que las anteriores pero con tramos complicados también, llego al Castillo de Montclús y empieza la última bajada. En seguida veo el cartel de 4 quilómetros para meta; he reservado bien y me veo con fuerzas para correr rápido. Miro el reloj y veo que si apretó podré bajar de 3 horas 30 minutos así que me pongo a tirar fuerte.
Voy adelantando a muchos corredores y veo a bastante gente “clavada” por rampas o simplemente sin fuerzas. En un tramo de asfalto aflojo un poco, es increíble el cambio del terreno y hace reflexionar sobre el montón de quilómetros que llego a hacer sobre terreno duro. Los últimos 500 metros son por un bosquecillo y un puente al final que ya conozco de la trailkids. Pego un buen esprint y sigo avanzando.
La llegada a meta es espectacular, chocando manos de todo el mundo y con el speaker animando y yo dándolo todo.
Tiempo final 3 horas y 23 minutos.
Conclusión: he corrido de forma inteligente y sobre todo no van a haver secuelas físicas como en la BurriacXtrem que era lo que más me preocupaba. Me veo con fuerzas para el siguiente reto que será el ataque a los 42 km però no me puedo dormir en los laureles y he de seguir metienod volumen en los entrenamientos.
En lo que se refiere a la organización muy buena nota, todo perfecto, se nota que patrocina Asics. Si tuviera que poner algún pero… pues que es un pelín cara 27 € y que podían poner geles en los avituallamientos. El recorrido es genial, tiene de todo y mucho tan solo cambiaría la parte que pasa por la urbanización.
El año que viene repetimos!!!
willfredo
4 junio, 2013 at 01:28
amigo felicidades ,es una alegria siempre alguien comente su carrera y sus sentimientos te mando un abrazo muy alegre ,estaremos en esa 42km ….willfredo.
rickymage
4 junio, 2013 at 10:14
Muchas gracias Wilfredo!!! mucha suerte en tus próximas carreras.
Saludos!